miércoles, 24 de junio de 2009

Don Aldemar, Cazador

Don Aldemar fue un gran aficionado a la caza, y ya nos había contado algo cuando nos contó de la lesión en su dedo meñique. Le gustaba salir de madrugada con sus perros y atrapar algún animal para engrosar las provisiones de la casa. Otras veces, alguien lo llamaba para que cazara animales que se estaban comiendo sus cultivos, como estos guatines del video.

Hoy don Aldemar ya no caza y prefiere alimentar a estos animalitos, algo que tan bien sabe hacer

viernes, 19 de junio de 2009

Las albóndigas del L E Y

Muchos recuerdos tengo de la infancia con Don Aldemar, pero pocos tan dulces como el de las albóndigas del LEY; y no porque fueran especialmente sabrosas (aunque recuerdo que lo eran) sino porque ese era un pequeño secreto nuestro, un beneficio que ningún otro nieto o hijo disfrutó, mi codiciado privilegio, una prueba más (entre tantas otras) de que yo era su favorito, con la seguridad de que lo iba a seguir siendo (como efectivamente lo sigo siendo y con toda seguridad lo seré).

Ni él ni yo recordamos qué diligencias eran las que había que hacer, pero recordamos que bien podían ser al otro lado de la ciudad, Don Aldemar se las arreglaba para pasar por el almacén LEY y convidarme una de esas albóndigas antes de regresar a la casa.

viernes, 12 de junio de 2009

La Ceniza del volcán

En 1985 el volcán nevado del ruiz hizo erupción, pero días antes cubrió la ciudad de manizales con una gruesa capa de ceniza. El volcán siguó emanando ceniza unos meses más, y Don Aldemar recuerda cómo fue ese primer día

miércoles, 10 de junio de 2009

La Casa - Eduardo Galeano

Había sido albañil desde la infancia. Cuando cumplió dieciocho años, el servicio militar lo obligó a interrumpir el oficio.

Lo destinaron a la artillería. En la práctica del tiro de cañón, debía disparar contra una casa vacía, en medio del campo. Le habían enseñado a tomar puntería, pero no pudo hacerlo. El había construido muchas casas, y no pudo hacerlo. A los gritos le repitieron la orden, pero no pudo. El sargento lo alzó por los hombros, lo sacudió, exigió un porqué. El quería decir que una casa tiene piernas, hundidas en la tierra, y tiene cara, ojos en las ventanas, boca en la puerta, y tiene en sus adentros el alma que le dejaron quienes la hicieron y la memoria que le dejaron quienes la vivieron. Eso quería decir, pero no lo dijo. Dijo:

—Una casa... es una casa.

Si decía lo que quería decir, iban a fusilarlo por imbécil. Diciendo lo que dijo, marchó preso.

En un fogón de las sierras argentinas, en rueda de amigos, Carlos Barbaresi cuenta esta historia de su padre. Ocurrió en Italia, en tiempos de Mussolini.

Eduardo Galeano
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Este pequeño relato va dedicado a Don Aldemar, que tantas casas construyó y tantas casas ha habitado. Sin duda en todas ellas dejó su alma y su memoria, sin duda las personas que ahora habitan esas casas sienten que fueron construídas con amor. Sin duda él también hubiera marchado preso si lo hubieran destinado a esas prácticas de artillería.

(Para recordar, la entrada que habla de Don Aldemar, Constructor)

lunes, 8 de junio de 2009

Don Aldemar, constructor

Don Aldemar siempre ha sido un hábil constructor. Con madera, guadua, concreto o ladrillo ha levantado casas, establos y otras estructuras. Una vez íbamos en bus por manizales y al ver una casa cerca al barrio prado la señaló y dijo: "Esa casa la construí yo". Imaginé si la dueña de entonces sería la misma de ahora y qué gusto podría darles a los actuales habitantes conocer a la persona que construyó la casa en la que viven. Me acordé del cuento de Eduardo Galeano sobre la casa que un artillero italiano se negó a destruir, creo que a don Aldemar le encantaría escuchar ese relato (que pueden leer AQUI)

En este video, Don Aldemar comienza a construr un gallinero.


domingo, 7 de junio de 2009

Tratando de abrir un huevo

Don Aldemar tuvo un grave accidente en 1985 en el que perdió su dedo pulgar izquierdo. Esto le dificulta hacer tareas sencillas como clavar una puntilla o amarrarse los zapatos. Precisamente en este video trata de ejecutar una labor sencilla y la dificultad nos causa risa a los dos