Don Aldemar ama sus animales. Le gusta cuidarlos, alimentarlos y estar siempre pendiente de ellos. Es enemigo de que sus animales pasen hambre o trabajen en exceso.Una noche (la noche de la foto), Don Aldemar fue a visitar un señor a quien había vendido una cabra ("Perla") una semana antes. La idea era que viera algunas ovejas para que, en caso de gustarle, hicieran parte del pago. Antes de irse, Don Aldemar dijo: "Dejáme yo saludo a Perlita" y se fue a la parte de atrás de la casa y la llamó:
- Perlitaaaaa
La cabra se levantó de un salto, empezó a balar muy fuerte y se acercó a Don Aldemar, quien empezó a acariciarla mientras ella se frotaba y balaba como nunca la había escuchado; parecía llorar, y se agitaba como un perro cuando está feliz de ver a su amo.
Después no hubo manera de separar a Perlita, al menor intento empezaba a balar tan fuerte y tan lastimeramente que no hubo más remedio que deshacer el negocio. Cuando Don Aldemar tuvo que separarse para explorar la manera de sortear una zanja (Era de noche y estaba muy oscuro), la pobre perlita volvió a balar lastimeramente hasta que mi abuelo pudo volver a su lado.
Definitivamente, los animales conocen al amo.
- Perlitaaaaa
La cabra se levantó de un salto, empezó a balar muy fuerte y se acercó a Don Aldemar, quien empezó a acariciarla mientras ella se frotaba y balaba como nunca la había escuchado; parecía llorar, y se agitaba como un perro cuando está feliz de ver a su amo.
Después no hubo manera de separar a Perlita, al menor intento empezaba a balar tan fuerte y tan lastimeramente que no hubo más remedio que deshacer el negocio. Cuando Don Aldemar tuvo que separarse para explorar la manera de sortear una zanja (Era de noche y estaba muy oscuro), la pobre perlita volvió a balar lastimeramente hasta que mi abuelo pudo volver a su lado.
Definitivamente, los animales conocen al amo.
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