miércoles, 8 de julio de 2009

Ese caminito ahí


En esta foto Don Aldemar quizá esté señalando el camino que pone límite a la finca en la que vive actualmente, o quizá esté señalando la espectacular panorámica que disfruta desde su ventana, pero con toda seguridad está feliz porque señala un lugar increíblemente hermoso que le hace sonreír.

Y es que si de algo estamos seguros quienes conocemos a Don Aldemar es que no existe otro lugar en el que prefiera estar que en la finca donde habita desde hace ya varios años, y como Don Aldemar ha sido arriero, buscador de oro, obrero constructor, obrero mecánico, pescador, cazador, conductor de camión, comerciante de productos agrícolas, comerciante de almacén, cantinero, agricultor, criador de animales y quién sabe qué más, me parece que este relato de Eduardo Galeano aplica muy bien para rendirle homenaje a mi abuelo (Salvo por lo de "maestro blasfemador"), que después de haber recorrido el mundo entero prefiere mirar ese caminito ahí.

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EL CAMINO DE JESÚS (EDUARDO GALEANO)


(...) Jesús Babío, nacido en el pueblo de Cambre, era maestro albañil, maestro fontanero, maestro carpintero y maestro blasfemador. Hacía bien todo lo que hacía (...)

Aquel obrero errante había trabajado en Inglaterra, Holanda, Noruega, Alemania y hasta en Cataluña.

Sus relatos siempre terminaban igual. Con el martillo señalaba el ventanal, invadido por los pájaros, y más allá señálaba el sendero del bosque de Cambre. Nadie aparecía por allí, como no fuera un lugareño que llevaba, montado en un burro, una carga de leña. El sendero no era más que un tajo de polvo entre los árboles.

- ¿Lo vé? -Preguntaba. Y sentenciaba:
- Yo anduve muchos caminos, y me importa un rábano el camino del calvario, el camino de Santiago y todas las autopistas. Porque sepa usted, vaya sabiendo, que todo lo que hay para ver en el mundo, y en el alto cielo, pasa por ese caminito ahí.

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