Cuando vivía con su padre, la actividad principal de la casa de Don Aldemar era la agricultura, pero una vez al año sacaban a vender los cerdos que engordaban. La parte difícil era que había que hacerlos caminar desde la finca hasta la carretera (cuesta arriba) y con el pésimo estado físico que debían tener, a la fija se asfixiaba alguno.
Don Aldemar cuena cómo fue una de esas travesías.
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